Today is the feat of Our Lady of Mount Carmel.
Hermits lived on Mount Carmel near the Fountain of Elijah in northern Israel in the 12th century. They had a chapel dedicated to Our Lady. By the 13th century they became known as “Brothers of Our Lady of Mount Carmel.” They soon celebrated a special Mass and Office in honor of Mary. In 1726, it became a celebration of the universal Church under the title of Our Lady of Mount Carmel.
The Carmelites were known from early on as “Brothers of Our Lady of Mount Carmel.” The title suggests that they saw Mary not only as “mother,” but also as “sister.” The word sister is a reminder that Mary is very close to us. She is the daughter of God and therefore can help us be authentic daughters and sons of God. She also can help us grow in appreciation of being sisters and brothers to one another. She leads us to a new realization that all human beings belong to the family of God. When such a conviction grows, there is hope that the human race can find its way to peace.
Hoy es la hazaña de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Los ermitaños vivieron en el monte Carmelo cerca de la Fuente de Elías en el norte de Israel en el siglo XII. Tenían una capilla dedicada a Nuestra Señora. En el siglo XIII se les conocía como "Hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". Pronto celebraron una misa especial y un oficio en honor a María. En 1726, se convirtió en una celebración de la Iglesia universal bajo el título de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Los carmelitas fueron conocidos desde el principio como "Hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". El título sugiere que vieron a Mary no solo como "madre", sino también como "hermana". La palabra hermana es un recordatorio de que Mary está muy cerca de nosotros. Ella es la hija de Dios y, por lo tanto, puede ayudarnos a ser hijas e hijos auténticos de Dios. Ella también puede ayudarnos a crecer en la apreciación de ser hermanas y hermanos el uno para el otro. Ella nos lleva a una nueva comprensión de que todos los seres humanos pertenecen a la familia de Dios. Cuando tal convicción crece, hay esperanza de que la raza humana pueda encontrar su camino hacia la paz.